Un día como hoy pero hace 20 años se produjo uno de los hechos más conmocionantes en la historia policial argentina, la masacre de Ramallo, en la cual hubo muertos, heridos, detenidos y un gran número de preguntas sin respuestas que siguen hasta la actualidad

Carlos Santillán (59), fue uno de los rehenes muertos y antes de ser contador en la sucursal de Villa Ramallo, estuvo 9 años trabajando en la sucursal Suardi, por lo que la tragedia también impactó en muchos de sus conocidos y amigos. 

Su esposa, Liliana Perret, contó por Radio Belgrano, que cada 17 de setiembre es una fecha terrible, remueve todo y parece que fue ayer. Todos estos años fueron difíciles porque mis hijos me preguntaban ¿y ahora que hacemos? y yo les dije un traslado sin "papi". Fue un cambio tremendo, porque de ser una familia trabajadora, normal, de un momento a otro nos quedamos sin nada y sin saber como seguir. Por eso agradezco siempre a mis familiares, amigos y vecinos. 

Liliana, ahora radicada en Sunchales, dijo que nunca imaginó que esa toma del Banco Nación podía terminar en una masacre. Aquel día lo recuerdo como terrible. Todos los días llevaba a trabajar a Carlos, pero ese día no porque no me sentía bien. El se da vuelta y me dice: esperame a las 18,30 hs., lo vi irse impecable y luego lo volví a ver cuando fui a reconocerlo en la morgue. 

La mujer dijo que nunca mantuvo contacto con Flora Lacave, la esposa del también asesinado, gerente Carlos Chávez. Prefiero no hablar de ella, afirmó Liliana. No tengo los mejores recuerdos de esa familia. En el momento de más dolor ella tuvo expresiones desafortunadas hacia Carlos. 

No puedo contestar si el accionar de la Policía fue deliberado o hubo un error. Sólo te digo que hoy "yo me cuido de la Policía"

LA MASACRE DE RAMALLO

En la madrugada del 17 de setiembre, mientras Martín Saldaña, uno de los ladrones, conversaba con el mediador, sus cómplices salieron con los rehenes en un automóvil Volkswagen Polo, propiedad del gerente del banco, Carlos Cháves.

El propio gerente, con un pan de explosivo trotyl en el cuello, manejaba y a su lado iba un ladrón con Flora Lacave, esposa del gerente, utilizándola como escudo humano. Atrás iban otro asaltante y el contador del banco Carlos Santillán, también como escudo humano

Al salir el auto, en marcha lenta, con dos ladrones y tres rehenes como escudo, muchos de los policías que rodeaban el banco abrieron fuego contra el mismo, frente a las cámaras de televisión que registraron el hecho. En pocos segundos hubo 170 disparos, 46 de los cuales dieron en el auto, los rehenes y los ladrones.

Los rehenes Carlos Cháves (54) y Carlos Santillán (59) murieron dentro del carro como resultado de la balacera. Flora Lacave -esposa del gerente y también rehén- se salvó al igual que Carlos Martínez (20), uno de los ladrones, quien fue hospitalizado, mientras que el supuesto jefe de la banda murió dentro del automóvil.